Por Lucía Sepúlveda
Ha partido, esta vez en un viaje sin retorno, la periodista María Eugenia Saul, cuya carrera como profesional y miembro del equipo fundador de la revista Punto Final en los años 60, fue interrumpida por el golpe militar.
Resulta paradojal que haya vivido sus últimas horas en medio del Estado de Emergencia y cuarentena, reviviendo de cierto modo ese brutal corte del año 73 y privando a su nieta, la dirigente estudiantil Eloísa González y a su hija, la académica y subdirectora de la Escuela de Periodismo, María Eugenia Domínguez Saul, de presidir el homenaje público que ella merece.
Pero sin duda María Eugenia siguió desde el 18 de octubre la revuelta popular y el despertar de su pueblo, dándole a su partida un acompañamiento diferente.
En el exilio, la periodista vivió la revolución sandinista cubriendo en los años 70 esas luchas para la agencia internacional Interpress y formó parte también de la redacción de PF Internacional en México. Ejerció más adelante como docente en el Departamento de Sociología del Cégep Edouard-Montpetit de Quebec hasta 2002, tras lo cual retornó a Chile. También formó parte de una generación de periodistas comprometidos con las luchas sociales como Augusto Olivares, Mario Díaz, Augusto Carmona, y Manuel Cabieses entre muchos otros comunicadores que la marcaron en el ejercicio de la profesión.
María Eugenia Saul, creía en el uso de un lenguaje riguroso, ajeno al panfleto, que reflejara la realidad directamente. “Todo periodista debe saber en qué sociedad está viviendo”, expresaba en una entrevista que fue parte del video proyectado en el Teatro Camilo Henríquez durante el homenaje a Punto Final realizado en diciembre de 2018, al que asistió muy conmovida. Ella agradecía a Manuel Cabieses, el haberle puesto por delante el Cordón Cerrillos como tema de un reportaje, conduciéndola a adentrarse en un Chile hasta entonces desconocido. De pensamiento y práctica internacionalista, María Eugenia Saul retomó allí conceptos que lamentó estuvieran perdidos en el lenguaje de hoy, como el uso de la expresión la “Patria Grande” referido a América Latina.
Estudió en la Universidad de Chile donde también ejerció la docencia en los años 60, tras la reforma universitaria, trabajando junto a destacados académicos de esa Escuela. Gustavo González, destacó para la web de la Escuela de Periodismo, su carácter profesional y apasionado por las comunicaciones.
“María Eugenia siempre tuvo un interés por desarrollar un periodismo con un fuerte sentido social y político, haciendo de ella una muy buena profesional, pero igualmente una muy buena persona. Fue muy solidaria siempre con quienes la rodearon. La última vez que tuve oportunidad de verla fue en un homenaje que organizamos con la Escuela para el periodista Luis Durán, donde ella participó muy comprometidamente. Todos quienes somos parte de su generación la recordaremos con mucho cariño y admiración”, comentó el también periodista y ex director de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile.