En el primer documento de esta convocatoria amplia y ciudadana, se indica que “Lo que se ha manifestado durante los últimos días, primero en las calles de Santiago y luego en todo el país.


Diversas organizaciones sociales, culturales, políticas, estudiantiles, entre ellas el Colegio de Periodistas de Chile, así como también numerosos artistas, profesionales, sindicalistas y dirigentes políticos, se reunieron este lunes 21, en una convocatoria a llamar a un pacto social y una nueva constitución, a través de asamblea constituyente, en la sede de la Universidad Academia Humanismo Cristiano. 

En el primer documento de esta convocatoria amplia y ciudadana, se indica que “Lo que se ha manifestado durante los últimos días, primero en las calles de Santiago y luego en todo el país, es la exasperación ciudadana con un modelo fundado en el abuso, la precarización de la vida y una política que es indiferente a la voluntad popular”

El pueblo chileno ya no está dispuesto a que le den las gracias por haber llamado la atención con sus masivas movilizaciones sobre los agravios y malestares acumulados y que ahora corresponda a “los políticos” hacer su trabajo. Es precisamente esa política, elitista e indolente, la que ha sido también enjuiciada y encontrada culpable en las calles de las ciudades de Chile.
Culpable de haber sido un instrumento para la instauración de un modelo fundado en el abuso. En el abuso que significa que nuestros derechos sociales sean oportunidades de lucrativos negocios: para las AFPs, mientras pagan pensiones de pobreza. Para las ISAPREs, que han sido condenadas por tribunales durante una década por violar derechos de sus afiliados y anuncian cada año más utilidades mientras la salud pública decae; para las sanitarias, que dejan por 10 días a una ciudad sin agua y luego deben solo pagar una multa; para las grandes empresas pesqueras, que se hicieron con el mar chileno comprando favores legislativos. Las necesidades básicas de los chilenos, por otro lado, son una oportunidad más para que las empresas se enriquezcan, cobrando precios que son fijados por comités de expertos que han sido diseñados para ser indiferentes a las necesidades y salarios de quienes tienen que pagarlas. Y por eso suben las cuentas de agua, luz, transporte.

Esto muestra que en Chile no existe un pacto social. Un “pacto” supone, fundamentalmente, reciprocidad: no puede ser que unos solo ganen y los otros solo pierdan. Por eso, el abuso es la negación misma de un pacto social. No es que necesitemos un nuevo pacto social, como suele decirse, es que el que fuera destruido por la dictadura nunca fue reemplazado por otro. Ya es hora de hacerlo.

Un pacto social genuino requiere de una política distinta a la que conocemos. Una política que represente los intereses de los ciudadanos, no el de las empresas; una que pueda decidir sobre pensiones, sobre salud, sobre educación, sobre negociación colectiva, sobre el agua, etc.Una política distinta que se base en un pacto social que termine con el abuso, es una nueva constitución.
Pero la nueva constitución no va a venir de la misma política que ha sido el instrumento del abuso durante 30 años, debe venir de la ciudadanía. Debe venir de una asamblea constituyente.